
La hoguera vanidosa
El Big Bang era un estúpido. Se creía una gran explosión y presumía de que nadie en el Universo le superaba en magnitud. Vanidoso sin límite, sus alardes le ocasionaban no pocos problemas. Hasta las galaxias, en un principio íntimas amigas suyas, pasado un tiempo se alejaban de él. Primero, con disimulo y, después, con un descaro sólo comparable a la Velocidad de la luz. Dos científicos hallaron un día a su hija, la Radiación cósmica de fondo, cuya existencia, hasta entonces, se había mantenido en secreto. Su cuerpo, extremadamente frío, se analizó con instrumentos de gran sensibilidad. Y la
María Carmen del
Puerto Varela
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