Sandra Benítez Herrera, Felipe Carrelli, Nayra Rodríguez Eugenio, Andrea Rodríguez Antón, Jorge Rivero, Fabio del Sordo, Eduardo Penteado.
Hace cuatros años publicábamos un artículo sobre el proyecto de divulgación de la astronomía GalileoMobile (www.galileomobile.org), formado por astrónomos y divulgadores de todo el mundo, cuyo fin es compartir esta ciencia apasionante con estudiantes y profesorado de zonas rurales con poco acceso a programas educativos.
Desde entonces, el grupo ha continuado su labor voluntaria a la vez que ha llevado a cabo una reflexión sobre sus ideales y formas de trabajo. Hoy en día GalileoMobile es un proyecto consolidado y reconocido internacionalmente, en especial en lo que se refiere a la inclusión en la ciencia de públicos no tradicionales [1].
Al trabajo con comunidades indígenas iniciado en 2014 en Brasil, se suman las actividades en Chipre, dentro del proyecto Columba-Hypatia [2], para fomentar el entendimiento mutuo entre las sociedades greco y turco-chipriota, separadas por una de las fronteras más rígidas de Europa. Y desde 2019, la iniciativa “Amanar: bajo el mismo cielo”, dirigida a la población saharaui de los campamentos de refugiados de Tinduf, Argelia.
El proyecto Amanar: esperanza a través de la Astronomía
Amanar es un proyecto de divulgación astronómica que pretende inspirar a la comunidad saharaui a través de las maravillas de nuestro Universo y promover la paz y un sentimiento de unidad bajo el mismo cielo, teniendo como punto de partida la astronomía y los objetivos de desarrollo sostenible definidos por las Naciones Unidas [3].
El proyecto presta especial atención a niños y jóvenes con el fin de despertar su interés por la ciencia, estimular la imaginación y el pensamiento crítico y contribuir a fortalecer su resiliencia e integración en su comunidad. El apoyo al profesorado de los campamentos en su labor pedagógica, mediante la formación y la donación de telescopios y recursos educativos, es otro aspecto fundamental del proyecto.
Amanar, fue seleccionado en 2019 “Proyecto Especial” de la Unión Astronómica Internacional (IAU) dentro de las conmemoraciones de su centenario, por ser un ejemplo de cómo la astronomía puede servir para llevar esperanza y aliento a lugares en conflicto y a fomentar el respeto entre culturas.
Canarias y el Sahara: bajo el mismo cielo
Las Islas Canarias y el Sahara comparten no sólo un cielo estrellado muy similar, debido a la proximidad geográfica, sino también fuertes vínculos históricos y culturales. Es por ello que Amanar, que significa “Pléyades” en lengua Bereber, se concibió para actuar en ambas regiones, teniendo el intercambio de sus saberes astronómicos como eje articulador para las demás acciones. El proyecto se dividió en dos etapas realizadas durante 2019.
La primera parte se desarrolló en los meses de julio y agosto, y consistió en la organización de talleres y observaciones astronómicas con niños saharauis que visitan las Islas Canarias (y el resto de España) todos los años dentro del programa “Vacaciones en Paz” [4]. En Tenerife, y con el motivo del 50 aniversario de la llegada del ser humano a la Luna, Amanar recibió a los niños saharauis y sus familias de acogida en el Observatorio del Teide en una jornada que incluyó visitas a telescopios profesionales, charlas sobre el sistema solar, talleres creativos y observación con telescopios amateur.
En La Palma, el grupo subió al Observatorio del Roque de los Muchachos y tuvo la oportunidad de acceder al interior del Gran Telescopio Canarias (GTC) y el prototipo del Large-Sized Telescope (LST-1). Al caer la noche, disfrutó de uno de los cielos más hermosos del hemisferio norte, con la Vía Láctea como testigo de una experiencia única e inolvidable.
Finalmente, en Gran Canaria se realizaron las actividades en el CEIP en Arucas, al cual acudieron tanto niños y niñas saharauis como locales, para aprender juntos sobre el Cosmos y conocer, en el caso de los participantes españoles, cómo viven sus amigos saharauis y los problemas a los que se enfrentan, estimulando así la solidaridad entre las dos comunidades.
En el mes de octubre, el equipo formado por cuatro astrofísicos, una experta en etnoastronomía, dos cineastas y el delegado del Frente Polisario en Canarias, viajó a los campamentos de Tinduf y durante dos semanas trabajó con el alumnado y profesorado local, llevando también materiales educativos a las escuelas y centros de formación y realizando un estudio etnoastrónomico, así como varios productos audiovisuales.
Las actividades de Amanar en los centros educativos siguieron la filosofía de otras expediciones de GalileoMobile. Por las mañanas, se comenzaba con una charla inaugural inspiradora para romper el hielo y presentar al equipo. Después se dividía al alumnado en grupos más pequeños para desarrollar con ellos actividades participativas y acercarles a la ciencia de forma práctica.
La experiencia previa en Canarias ayudó a seleccionar cinco actividades con contenidos de Astronomía similares a los que se imparten en los campamentos. Especialmente acertada fue la actividad “La misión Voyager” que animó a los estudiantes a construir su propio “disco de oro” incluyendo en él aspectos de la cultura saharaui (por ejemplo, su música, poesía o cocina típica) y de la vida cotidiana en los campos (la apariencia de las casas, los animales…).
Por las tardes, el equipo se reunía con el profesorado para animarles a compartir sus conocimientos previos en astronomía (tanto moderna como tradicional) y sus necesidades formativas. Seguía después una charla-taller en la que se presentaban los objetivos del proyecto, la metodología didáctica de “Aprendizaje por Investigación”, los telescopios y materiales dejados en donación y algunos ejemplos de proyectos de investigación a desarrollar (que varios docentes locales están poniendo ya en marcha).
En total se visitaron seis centros mixtos de enseñanzas medias, un centro de formación específica para mujeres y un centro de formación del profesorado, llegando a unos 550 estudiantes y 66 docentes. Incluyendo al público de Canarias, el proyecto Amanar ha alcanzado a más de 850 personas en 2019.
Bajo un mismo y diverso cielo
Los beduinos saharauis se servían del cielo para guiarse, adaptarse a las condiciones climatológicas, predecir sus cambios y respetar las prácticas religiosas. Gran parte de la tradición saharaui es oral, lo que sumado a su situación de refugio, ha favorecido el abandono del modo de vida tradicional y ha motivado que dicho saber ancestral se esté perdiendo con el tiempo.
Para registrar y conservar su saber astronómico, se entrevistó a cuatro sabios y sabias conocedores de los astros y narradores excepcionales de la historia saharaui. Para analizar los datos obtenidos, el equipo contó con la participación de una astrónoma experta en etno y arqueoastronomía que constató el sólido conocimiento que tienen de las llamadas “Anwas” o mansiones lunares, el sistema tradicional árabe utilizado desde la antigüedad para identificar estrellas y medir tiempos.
Dentro del marco de colaboración establecido con el Ministerio de Cultura Saharaui, los registros audiovisuales realizado por el equipo serán retornados a la comunidad saharaui para ser usados como recursos culturales y educativos. Igualmente se apoyará al departamento de Historia Oral con el fin de que sean los propios saharauis los principales actores en la recopilación de su memoria astronómica.
Un conflicto anclado en el olvido
La presencia de la población saharaui en el territorio del Sahara Occidental, ubicado en el extremo atlántico del continente africano, se remonta a la invasión de tribus árabes acaecida durante la Edad Media. Mas adelante, en 1884 comenzó la etapa de colonización española, tras la “Conferencia de Berlín” donde se consumó el reparto del continente africano entre las potencias europeas.
En 1975, tras las presiones de la ONU para descolonizar el Sáhara, el gobierno español decidió realizar un censo de la población saharaui y organizar un referéndum bajo los auspicios de las Naciones Unidas. Sin embargo, interesado en los depósitos de fosfato de la región, el Reino de Marruecos tomó acciones contundentes para evitar dicho referéndum. Ese mismo año, las autoridades marroquíes enviaron 350.000 civiles y 25.000 soldados al Sáhara Occidental en lo que se conoció como la Marcha Verde. Este movimiento logró intimidar y presionar al gobierno español, que, en 1976, se retiró del Sáhara Occidental sin finalizar el proceso de descolonización.
Ante tal situación, el Frente Polisario, partido que reúne las diferentes visiones políticas de los ciudadanos saharauis, proclamó la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y declaró la guerra a Marruecos, comenzando así el conflicto armado. Gran parte de la población saharaui tuvo que exiliarse hacia Argelia debido a los continuos bombardeos, saqueos, detenciones arbitrarias, y desapariciones forzadas por parte de Marruecos. Los supervivientes fueron reubicados por el gobierno argelino en los actuales campos de refugiados. En 1991, debido de nuevo a las presiones internacionales, se produjo un alto al fuego y el establecimiento, por parte de las Naciones Unidas, de un “Plan de Paz” en el que se prometía la celebración de un referéndum de autodeterminación y que nunca ha llegado a cumplirse.
Cuarenta y cuatro años desde el comienzo del conflicto, la población saharaui todavía se encuentra en una situación que es a la vez provisional y permanente. Según un informe de la ACNUR[1], 173.600 refugiados saharauis residen en los campos de refugiados en el territorio proporcionado por Argelia. Las cinco wilayas llevan los nombres de las principales ciudades saharauis bajo ocupación marroquí: el Aaiún, Smara, Bojador, Auserd y Dajla, y su organización está a cargo de los propios saharauis.
Los alimentos frescos, el agua, los suministros médicos y de higiene son limitados en los campamentos y las familias saharauis dependen de la ayuda humanitaria internacional para sobrevivir. En lo que atañe a la educación, las escuelas saharauis se enfrentan a varios desafíos, como son la calidad de la enseñanza, la escasez de materiales educativos, equipos e infraestructura y la falta de oportunidades formativas e incentivos que garanticen la permanencia de los docentes más capacitados.
Otra cuestión importante es la motivación de los jóvenes que se ven afectados por perspectivas limitadas de futuro y altos niveles de frustración. Los jóvenes representan el 60% de la población refugiada, sin embargo, la tasa de absentismo en las clases y el desempleo están aumentando en gran medida dentro de los campamentos.
Divulgación de la ciencia para población refugiada
GalileoMobile ha organizado actividades en circunstancias muy heterogéneas y en una gran variedad de pueblos y comunidades a lo largo de la última década. Sin embargo, el contexto de los campamentos saharauis es único y no se puede comparar a experiencias anteriores.
Es por ello, que el equipo decidió llevar a cabo una formación previa al viaje, contando con la colaboración de especialistas en temas de migración, refugio e historia de la región, para conocer y profundizar en dinámicas de trabajo adecuadas para este tipo de público.
La primera sesión corrió a cargo del Dr. Brian Jackson de la Universidad Estatal de Idaho, que compartió su experiencia con refugiados sirios durante el eclipse solar total de 2017. En segundo lugar, el equipo conversó con el Dr. Gustavo Barreto de Campos, periodista del Centro de Información de las Naciones Unidas para Brasil, con experiencia en campamentos de refugiados de todo el mundo. Una tercera sesión se llevó a cabo con la Dra. Catalina Revollo Pardo, que ofreció una visión académica sobre la psico-sociología de los inmigrantes y los grupos de refugiados y, más adelante, el Dr. Juan Antonio Belmonte, experto en etno y arqueoastronomía, y con 20 años de experiencia en investigación en este campo, explicó las características culturales y astronómicas del pueblo Saharaui. La última sesión se llevó a cabo in situ en la sede de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en Tinduf. Esta formación fue muy enriquecedora para el equipo y ayudó a adoptar una metodología de observación participante, basada en actitudes de escucha y empatía.
Otra de las cuestiones discutidas fue el recibimiento que un proyecto de este tipo podía tener en una comunidad con problemas más urgentes, donde ofrecer charlas y actividades de astronomía no es, en principio, prioritario. No obstante, desde los primeros momentos de la estancia en los campamentos de refugiados, se constató que el proyecto iba más allá del aspecto educativo y servía para transmitir a la población saharaui, y especialmente a los jóvenes, que su voz se escucha en el mundo. La cálida bienvenida en los campamentos al visitar escuelas, casas familiares y despachos de autoridades demostró que al asombro que producen las maravillas del Universo y a la curiosidad por nuestro origen cósmico, común a todos los seres humanos, no se le pueden poner muros ni fronteras.
Amanar: el inicio de un camino
Las actividades de Amanar durante el año 2019 fueron el comienzo de un camino que GalileoMobile se ha comprometido a seguir recorriendo en los próximos años. Para asegurar la sostenibilidad a largo plazo, se ha establecido una sólida red de colaboradores tanto en Canarias como en Tinduf y también en el ámbito internacional.
Cabe destacar que otras instituciones astronómicas españolas han mostrado su interés en participar en el programa de verano y organizarlo en ciudades como Madrid o Granada. Además, el equipo tiene previsto crear una campaña de financiación colectiva (crowdfunding) para poder volver a la región de Tinduf y organizar más actividades educativas, talleres de profesores y donar nuevos materiales educativos tan necesarios para los centros escolares.
También, durante el 2020 se presentarán varios productos audiovisuales, dentro de un proyecto transmedia más amplio, con el fin de documentar todos los aspectos del proyecto Amanar. Dos de los productos planeados son de realidad virtual (RV), un recurso muy útil para generar empatía y de uso cada vez más habitual en las áreas de educación y divulgación. El primer video de RV será sobre el saber astronómico y la cosmovisión saharaui y el segundo consistirá en una experiencia inmersiva para mostrar las duras condiciones dentro de los campamentos. Además, se producirá un documental lineal sobre la situación política y la experiencia educativa junto con una plataforma interactiva que dará acceso al material grabado por los cineastas.
Todos los audiovisuales serán elaborados desde una perspectiva decolonial para evitar una imagen paternalista y estereotipada de la población refugiada [5]. El equipo busca, de esta forma, representar a los saharauis desde el punto de vista de su conocimiento del cielo, valorando su cultura y compartiendo su lucha con una audiencia global, en un proceso que sea co-creativo y en el que ellos sean los protagonistas de su propia historia.
Agradecimientos
La historia de Amanar, es sobre todo, una historia de solidaridad. No podría haberse llevado a cabo sin el apoyo incondicional de la Asociación Canaria de Amistad con el pueblo Saharaui ni la financiación de la Oficina de Astronomía para el Desarrollo (OAD), la IAU y el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Además ha sido imprescindible la colaboración de la red de telescopios CTA, GTC, la colaboración Virgo, la Red de Traducción al Español de la IAU, la Oficina para la Divulgación de la Astronomía (OAO), la asociación astronómica AMNIR y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Agradecemos también de corazón a los socios canarios que hicieron posible compartir estrellas e ilusión con los niños y niñas de “Vacaciones en Paz” en las islas: Titsa, Cielos de la Palma, CEIP en Arucas, Asociación Canarias de Solidaridad con el Pueblo Saharaui, Fundación Canaria Observatorio de Temisas y Agrupación Astronómica de Gran Canaria.
Este artículo fue publicado originalmente en la Revista Astronomía en febrero de 2020.
Referencias
[1] Informe de la Comisión Europea para la Educación Responsable (2015), pp 66: http://ec.europa.eu/research/swafs/pdf/pub_science_education/KI-NA-26-893-EN-N.pdf
[2] Proyecto Columba-Hypatia: https://www.columbahypatia-project.org
[3] Objetivos de desarrollo sostenible de la ONU: https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/
[4] Programa de Vacaciones en Paz: https://ceas-sahara.es/vep-2019/vacaciones-en-paz-el-proyecto/
[5] Castro-Gómez, S. & Grosfoguel, R. (coords.) El giro decolonial: reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá: Siglo del Hombre Editores; Universidad Central, Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos, 2007.
[1] Report: Sahrawi Refugees in Tindouf, Algeria: Total In Camp Population, March 2018.