Atracción estelar y relaciones de pareja

Representación artística de “una pareja de estrellas”. Cortesía de Dan J. Arteaga.
Fecha de publicación
Autor/es
Ana González-Galán

Las estrellas, al igual que los humanos, tienden a agruparse en pareja; todo es cuestión de atracción, en este caso gravitatoria. Una fiesta es un buen lugar para conocer a nuevas personas y establecer nuevos lazos amorosos. Con las estrellas ocurre lo mismo, cuando hay una acumulación grande de ellas, por ejemplo en los llamados cúmulos estelares, hay más probabilidad de que se formen nuevas parejas de estrellas. A estas parejas los astrofísicos las llamamos estrellas binarias.

En nuestra sociedad hay muchos tipos de parejas, y la personalidad de los implicados define el tipo de relación. Aún no conocemos las “personalidades” de las estrellas, pero sí observamos que algunas son más “cariñosas” y otras son más “independientes”. Dependiendo de la zona de influencia del campo gravitatorio de las estrellas, conocida en astronomía como lóbulo de Roche, podemos definir tres tipos de relaciones entre parejas de estrellas: en la primera -binarias separadas-, las implicadas son muy independientes, pero están ligadas gravitatoriamente (como si fuera una relación a distancia); en el segundo tipo -binarias semi-separadas-, una invade el espacio gravitatorio de la otra y esta última absorbe parte de su atmósfera, (como en muchas relaciones, donde uno de los implicados “tira” más que el otro); en el tercer tipo -binarias en contacto-, ambas se invaden el espacio gravitatorio, y hay un intercambio de materia en ambos sentidos, es decir, se trata de una relación muy fogosa.

Las binarias separadas son muy independientes y el hecho de estar en pareja casi no influye en su evolución personal/estelar. Sin embargo, cuando hablamos de parejas donde hay más contacto, como en las binarias semi-separadas, la relación sí influye en las personalidades de los implicados. Es decir, sus propiedades físicas, como por ejemplo su velocidad de rotación o la composición química de sus atmósferas, pueden modificarse. Por último, las binarias en contacto comparten su atmósfera (vamos, que viven juntas en la misma casa) y ambas se influencian considerablemente.

Las parejas, tanto las estelares como las de personas, evolucionan. El ser humano, al principio de una relación suele ser más cariñoso, sacar lo mejor de sí mismo en todos aspectos, incluso hasta llevamos el desayuno a la cama para dar los buenos días. Con el tiempo la situación va cambiando, no quiere decir que las situaciones mejoren o empeoren, simplemente cambian. Hay muchísimos factores que influyen sobre el desarrollo de la pareja, por ejemplo, la madurez de las personas involucradas en la relación, o lo que es lo mismo, la edad de las estrellas que forman la pareja. También influye la distancia, evidentemente no es lo mismo una relación donde uno está en Madrid y otro en Berlín, que una relación en la misma ciudad o incluso en la misma casa. En las estrellas pasa lo mismo, dependiendo de la distancia entre ambas, la relación evolucionará hacia lugares diferentes. Por supuesto, la atracción física es fundamental en ambos tipos de relación.

Con tantos factores involucrados es difícil predecir la evolución de las estrellas binarias, de hecho, es un tema puntero dentro de la Astrofísica. Uno de los posibles canales evolutivos conduce a una de las dos estrellas, la que tiene mayor masa, a explotar como supernova. Tras esta explosión únicamente sobreviven el 10% de las parejas, mientras que el resto se separan. Las supervivientes experimentan cambios profundos, entre ellos hay, literalmente, un cambio de dirección en la trayectoria de la pareja. Creemos que en este caso no es necesario subrayar el símil correspondiente.

Recapitulando, al igual que gran parte de los seres humanos buscan compartir con alguien su camino a lo largo de la vida, existe una “atracción estelar” que suscita que muchas de las estrellas de nuestra galaxia también tengan una “relación de pareja”, o lo que es lo mismo, un poco de compañía durante su aventura por el universo.

Autores:
Ana González-Galán (Universidad de Potsdam, Alemania)
Christoph Kuckein (Leibniz Institute for Astrophysics Potsdam [AIP], Alemania)