El IAC, por su tamaño y actividad, genera un enorme volumen de compras y produce una gran cantidad de residuos. Hemos elegido tres ejemplos con un impacto ambiental significativo. 1) Las herramientas informáticas constituyen uno de los sectores más críticos por tratarse de productos caros con una vida útil particularmente corta. Su actualización periódica implica una huella de Carbono considerable: unas 88 TCO2 anuales solo por la compra de ordenadores. 2) También destaca negativamente el medio millón de copias impresas que se realizan anualmente. 3) El impacto del consumo de carne de vacuno en la Cafetería tiene una sorprendente huella de carbono que equivale a la compra de 100 ordenadores al año (ver aquí los detalles -Anexo V-). También merecen ser destacadas las acciones positivas ya vigentes, como las fuentes de agua, que han disminuido radicalmente el uso de botellas de plástico.

El IAC debe optar decididamente por una "economía circular" en la que se reparen, reutilicen y aprovechen los productos. El consumo de herramientas informáticas debe estar controlado por una Comisión Técnica en la que, además de las necesidades básicas de hardware, sistema operativo y software, prevalezcan criterios de durabilidad, eficiencia y calidad, en contraposición a criterios referidos al estatus de determinadas marcas o a la necesidad de ajustar los presupuestos. Con la complicidad del personal del IAC se puede disminuir el consumo de carne uniéndonos a iniciativas como "Meat Free Monday", lanzada hace 10 años por Paul McCartney, y adoptada por centenares de institutos y organizaciones de todo el mundo.