El modelo cosmológico estándar postula que las galaxias masivas contienen grandes cantidades de materia oscura. Esta sustancia transparente y que no interactúa con la materia normal se detecta mediante la atracción gravitatoria que ejerce sobre las estrellas y gas que sí observamos.
NGC 1277 es conocida por ser el prototipo de galaxia reliquia, es decir, una galaxia que no ha canibalizado galaxias de su entorno. Las galaxias reliquia son extremadamente infrecuentes y son los remanentes no evolucionados de lo que fueron las galaxias gigantes en los albores del Universo. La importancia de las reliquias para entender cómo se formaron las primeras galaxias nos llevó a observarla con un espectrógrafo de campo integral. A partir de los espectros construyeron mapas cinemáticos con los cuales reconstruyeron la distribución de masas de la galaxia dentro de un radio de 6 kpc (unos 20000 años luz). Descubrimos que la distribución de masa de NGC 1277 corresponde con la de las estrellas, por lo que se deduce que dentro del radio muestreado hay como mucho un 5% de materia oscura, siendo las observaciones compatibles con que no haya nada.
Las simulaciones cosmológicas basadas en el modelo de consenso predicen que para una galaxia con la masa de NGC 1277 deberíamos haber detectado una fracción de materia oscura de al menos el 10% y quizás incluso hasta un 70%. La discrepancia entre la observación y lo que se espera para las galaxias normales suponen un enigma. Hemos propuesto dos posibles explicaciones para la falta de materia oscura en NGC 1277. Una es que la interacción gravitacional con el medio del cúmulo de galaxias en la que se encuentra haya arrancado la materia oscura. Otra es que la materia oscura fuera expulsada del sistema cuando éste se formó mediante la fusión de fragmentos proto-galácticos que dieron lugar a la galaxia reliquia. Ninguna de estas explicaciones es satisfactoria del todo, con lo que el enigma de cómo se puede formar una galaxia masiva sin materia oscura permanece abierto.