Según las teorías actuales de formación de galaxias, éstas generalmente se forman pequeñas y crecen por fusión, choques, y acreción, hasta formar las majestuosas galaxias que hoy día observamos. Como ejemplo de este proceso podemos citar a nuestra propia galaxia, la Vía Láctea. A su alrededor encontramos decenas de galaxias enanas e incluso “corrientes” estelares formadas por sistemas ya disgregados. Aquí nos hemos centrado en el estudio de dos de nuestras galaxias satélites más insignes, las Nubes de Magallanes, un sistema en plena caída hacia nuestra Galaxia, y a su vez en interacción mutua. La cercanía a las Nubes de Magallanes ha permitido caracterizar cómo se mueven actualmente, lo que debería permitir desvelar, no solo su actual estado de interacción, sino también cómo estas galaxias interactuaron a lo largo de su historia. Sin embargo, este estudio no es empresa ligera. Conocer el complejo baile cósmico de nuestras vecinas galácticas a lo largo de su historia implica un también complejo modelado dinámico cuyo ingrediente fundamental es la masa de los sistemas involucrados (la Gran y Pequeña Nubes de Magallanes, así como nuestra propia Galaxia). Desafortunadamente, nuestro conocimiento sobre este ingrediente tan importante está aún rodeado de incertidumbre, limitando el conocimiento que podemos obtener sobre la interacción de las Nubes de Magallanes de esta manera. En el presente estudio, hemos podido proporcionar nuevas pistas sobre esta interacción gracias a un ingenioso enfoque. A lo largo de su longeva interacción, las Nubes de Magallanes han debido experimentar momentos de gran acercamiento, seguidos de otros en los que ambos sistemas se encontraban más lejanos. Se sabe que durante dichos acercamientos, las condiciones físicas son tales que favorecen la formación acelerada de nuevas estrellas, y es aquí donde está la clave. Hemos podido identificar claros periodos de intensa formación estelar durante los últimos 3.500 millones de años ocurridos al unísono en ambas galaxias. Esto nos permite concluir, por primera vez, que ambas galaxias han estado en mutua interacción durante al menos, los últimos 3.500 millones de años, datando a su vez cuándo se produjeron dichos acercamientos (o encuentros). Este nuevo conocimiento sobre la interacción entre las Nubes de Magallanes permitirá aumentar, no sólo lo que conocemos de las órbitas de estas galaxias enanas, sino modelar correctamente las distribuciones de masa de los tres sistemas protagonistas.
Fecha de publicación
Autores
P. Massana et al.
Referencias