Por cuarto año consecutivo, el Instituto de Astrofísica de Canarias y el Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado (INTEF), en colaboración con la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), han ofrecido al profesorado de educación secundaria y bachillerato la oportunidad de conocer los últimos descubrimientos en Astrofísica de la mano de profesionales, facilitándoles las herramientas para después poder trasladarlos a las aulas.
Hoy se ha clausurado la cuarta edición del curso “Acércate al Cosmos” para la formación del profesorado de educación secundaria y bachillerato sobre Astrofísica organizado por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y el Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado (INTEF) -la unidad del Ministerio de Educación y Formación Profesional responsable de la integración de las TIC en las etapas educativas- y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). Han sido cinco días de formación que han tenido como objetivo poner al día a 52 profesores en los nuevos descubrimientos en el campo de la Astrofísica y ofrecerles las herramientas necesarias para encontrar la forma más adecuada y estimulante de incorporar contenidos relacionados con la Astronomía en los currículos académicos.
El curso, que se ha celebrado del 8 al 12 de julio en Tenerife, dirigido y coordinado por Rafael Rebolo, director de IAC, Alfred Rosenberg, astrofísico divulgador del IAC, y Alberto Martín, asesor técnico del INTEF, ha tenido una duración de 50 horas (30 presenciales y 20 online) y ha contado con varias ponencias diarias realizadas por personal investigador del IAC en las que se han tratado las principales áreas de la Astrofísica. Además, y al igual que en años anteriores, los asistentes también han visitado el Museo de la Ciencia y el Cosmos, de Museos de Tenerife, y el Observatorio del Teide (Tenerife).
Ponentes: Antonio Eff -Darwich, Alfred Rosenberg, Sandra Benítez, Cristina Ramos, Nayra Rodríguez Eugenio, Patricia Chinchilla, Daniel López, Oswaldo González, Pedro Bento, José Alberto Rubiño Martín y Rafael Rebolo.
Búsqueda de vida en el Universo
Previamente a su clausura, se ha celebrado una mesa redonda sobre la “Búsqueda de vida en el Universo”, moderada por el director del IAC, Rafael Rebolo, y en la que han intervenido los astrofísicos Patricia Chinchilla, José Alberto Rubiño Martín y Antonio Eff-Darwich. El debate se centró en cuatro aspectos relacionados con los planetas extrasolares: habitabilidad, biomarcadores, extremófilos y búsqueda de vida inteligente. Para definir las condiciones de habitabilidad que debe reunir un planeta se señalaron la temperatura, la presencia de atmósfera, el campo magnético y el tamaño del planeta y la edad de la estrella, principalmente. En resumen, se apuntó, se necesitaría un planeta con corteza sólida, esperable en planetas de hasta 2 veces el radio de la Tierra. Por lo que sabemos, el número de planetas en nuestra galaxia podría ser igual al número de estrellas, estimándose en nuestra galaxia 10.000 millones aquellos con corteza, aunque de tipo Tierra unos 1.000 millones, y de éstos, no sabemos cuántos podrían tener agua o atmósfera.
Para determinar con qué frecuencia los planetas tipo Tierra tienen atmósfera y están afectados por actividad biológica, se identificaron algunos biomarcadores, como la presencia de agua, oxígeno, ozono, metano o dióxido de carbono. Y se defendió que debería hablarse de un “biopack”, resultado de combinar todos ellos. Los telescopios de nueva generación se están diseñando para un mayor poder de detección de estos marcadores.
El tercer aspecto abordado pasó revista a los distintos ejemplos de extremófilos, organismos que viven en condiciones extremas (altísimas o bajísimas temperaturas, extrema acidez del medio, toxicidad y muy alta radiación…) como líquenes, bacterias o tardígrados.
Por último, se discutió sobre los marcadores propuestos para detectar civilizaciones con tecnología, tecnomarcadores, que sería forma para determinar si hay vida inteligente en el Universo. Se plantearon distintas hipótesis, desde que no hay una civilización más avanzada que la nuestra porque de haberla ya nos habría contactado a que estamos solos en el Universo. Y se explicó la Paradoja de Fermi: si existe una civilización suficientemente avanzada, ¿cuánto tardaríamos en explorar nuestra galaxia? El tiempo necesario podría ser un millón de años, tiempo comparable al de la especie humana.
(Enlace al programa: http://www.uimp.es/images/pdf/Portada/Programa_General_Web_2019.pdf)