Es bello ver como grandes teorías, desde el modelo estándar de la física de partículas hasta la cosmología, están conectadas entre sí por un sector "oscuro". Hoy entendemos que una misteriosa sustancia no luminosa, llamada materia oscura, predomina en el halo de la Vía Láctea, nuestro vecindario cósmico. Nuestra evidencia de ello, como la inesperada velocidad de rotación de las galaxias espirales, es fuerte pero indirecta. Por suerte, inferimos otras piezas de este puzzle. Los axiones son bosones postulados desde hace mucho tiempo que explican por qué se observa que el momento dipolar eléctrico del neutrón es minúsculo, lo que implica una estrecha simetría en la fuerza nuclear fuerte aunque, curiosamente, no existe una razón inherente para ello. Es emocionante que el axión, una partícula pseudoescalar invisible, pueda ser una pieza clave en el rompecabezas de la materia oscura, acumulándose en el Halo y favoreciendo también la formación de subestructuras de materia oscura. El descubrimiento en 2012 del bosón de Higgs, nuestra primera partícula escalar como lo es el axión, es una señal prometedora de que deberíamos centrar nuestros esfuerzos en descubrir estos esquivos axiones. Para seguir explorando sectores cosmológicamente tentadores, y poco examinados debido a las dificultades inherentes, necesitamos nuevos enfoques experimentales. El experimento DALI ofrece perspectivas prometedoras para sondear axiones de materia oscura que pasan a través de un laboratorio en la Tierra, ya que su concepto es tecnológicamente asequible y, sin embargo, muy sensible en un amplio rango de masas que sigue sin explorarse debido al desafío asociado con el desarrollo del hardware necesario para sondear el axión.
Este proyecto también pretende allanar el camino para DALI; y poner al alcance de la comunidad investigadora un poderoso medio para acceder a los axiones que surgen en un Universo postinflacionario.