La nebulosa de la Mariposa (Minkowski 2-9) es un ejemplo notable de una eyección marcadamente bipolar por parte de una estrella evolucionada. De hecho, la cuestión de la formación de estas estructuras dotadas de geometrías tan extremas -es decir, de cómo se rompe la simetría (cuasi) esférica que caracteriza toda la evolución de una estrella de tipo solar cuando expulsa su envoltura- es uno de los temas sujetos a mayor controversia y debate en el estudio de las fases finales de la evolución estelar.
Minkowski 2-9 nos proporciona pistas claras de lo que puede estar ocurriendo. Esta nebulosa con forma de reloj de arena hueco es extraordinaria en varios sentidos, pero su característica más sobresaliente es, sin duda, el patrón en movimiento en los lóbulos bipolares internos, que asemejan un faro terrestre. No se conocen objetos similares en todo el firmamento.
En este estudio, presentamos una serie de imágenes, tomadas durante la última década, que dan cuenta de la evolución del patrón de rotación de Minkowski 2-9. Las imágenes se tomaron principalmente con el Telescopio Óptico Nórdico (NOT) en el ORM. Se presentan, además, espectros complementarios tomados con el Telescopio William Herschel (WHT).
Los datos revelan que el patrón se mueve alrededor de la estrella central con un periodo de unos 90 años, y que probablemente esté producido por un haz de partículas supersónico en rotación (un jet tenue) que impacta en las paredes gaseosas del reloj de arena y las ioniza. Este jet se propaga a una velocidad inusualmente elevada, 10000-15000 kilómetros por segundo. Dada la densidad del gas de la nebulosa, ciertos átomos como O2+ se recombinan y su emisión se apaga tan pronto como el haz pasa de largo en su recorrido circular, produciendo así el efecto observado de faro en rotación (región verde en la figura).
Todas las propiedades observadas en la nebulosa de la Mariposa apuntan a la presencia en su núcleo de una pareja de estrellas en interacción: el jet observado estaría producido por transferencia de material entre las dos estrellas, y su rotación sería una consecuencia directa del movimiento orbital. Esto apoya la hipótesis de que la evolución estelar binaria es el canal preferencial para producir nebulosas planetarias de morfología extremadamente no esférica.
