“Hay dos razones para construir un telescopio de 30 metros de diámetro”, afirma Gary Sanders, del Instituto de Tecnología de California (CALTECH) y director técnico del proyecto del Telescopio de Treinta Metros (TMT). “Un mayor diámetro permite, en primer lugar, recoger más luz, y en segundo lugar, obtener una imagen más nítida. Pero esto –advierte- sólo es posible si se corrigen las distorsiones que introduce la atmósfera de la Tierra, por lo que el telescopio necesita Óptica Adaptativa. Una vez que tengamos más luz y también una imagen más nítida, podremos separar objetos que estén muy juntos, ver estructuras con mayor detalle y detectar lo que estemos buscando; tal vez podamos incluso obtener imágenes de exoplanetas. Así que la Óptica Adaptativa es muy importante.”
El TMT utilizará un sistema de Óptica Adaptativa Multi-Conjugada (MCAO). De ahí la presencia de Gary Sanders, junto con otros miembros del equipo del TMT, como Corinne Boyer, Christophe Dumas y Gelys Trancho, en el congreso de “Óptica Adaptativa para Telescopios Extremadamente Grandes” (AO4ELT5), que se celebra esta semana en el Hotel Botánico, del Puerto de la Cruz, en Tenerife, organizado por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Para Sanders, este tipo de congresos que reúne a personal científico y técnico –300 especialistas en esta ocasión- son imprescindibles para intercambiar experiencias y establecer sinergias entra Astronomía e Ingeniería que afectan tanto a los futuros cinco proyectos de telescopios extremadamente grandes -los solares DKIST y EST y los nocturnos GMT, TMT y E-ELT-, como a los grandes telescopios actuales, entre ellos el Gran Telescopio CANARIAS (GTC).
El sistema MCAO mide la turbulencia a distintas alturas en la atmósfera y crea un modelo para corregir la distorsión que esta turbulencia produce en la imagen observada. Para ello se utilizan espejos deformables. “Nuestro sistema de Óptica Adaptativa –señala Sanders- está siendo diseñado por los socios canadienses de Victoria (British Columbia). Algunos de los componentes vendrán de diferentes partes del mundo. Y ése será nuestro sistema de Óptica Adaptativa básico. También estamos pensando en agregar al telescopio un espejo secundario con Óptica Adaptativa.”
Las técnicas de Óptica Adaptativa determinarán la investigación astrofísica que podrá hacerse en el futuro con los telescopios extremadamente grandes, como el TMT. Sanders comenta al respecto que uno de sus intereses astronómicos favoritos es la posible detección de señales de vida fuera de la Tierra. “Creo que el TMT sin duda será un buen competidor en esa búsqueda. Incluso si no somos los primeros en descubrir dichas señales, sí podremos aportar mucho en ese campo. No obstante –añade-,personalmente me interesa sobre todo resolver los problemas relacionados con la materia oscura y la energía oscura. Creo que el TMT será una poderosa herramienta en esa área.”
Cuenta atrás
Gary Sanders, como él mismo se presenta, es “el project manager del TMT, es decir, el responsable de dirigir un equipo para diseñar el telescopio, conseguir construirlo, hacer que funcione y entregarlo a los seis socios participantes en el proyecto para hacer Astronomía”. Los socios actuales del TMT son Canadá, China, India, Japón, Instituto de Tecnología de California y Universidad de California.
Este científico recuerda que Hawai era el emplazamiento previsto en la planificación original del TMT, pero que han surgido reparos legales con los pueblos indígenas, los cuales se han mostrado contrarios al desarrollo de la Astronomía en la montaña de Mauna Kea. El emplazamiento de Hawai fue elegido por situarse en una montaña alta y seca, que son algunas de las ventajas para la Astronomía. “Pero hay riesgos en Hawai. Ahora estamos trabajando con las autoridades de allí para tratar de resolver estos problemas. Si seguimos encontrando trabas para instalarlo en Hawai, estaremos encantados de construirlo en Canarias. Con el TMT en La Palma, podríamos hacer una astronomía maravillosa.”
Pero aún habrá que esperar al menos seis meses para saber cuál será el destino definitivo del TMT. Según Sanders, hay que asegurarse de que se completan los plazos del proceso legal. “También estamos realizando los trámites legales aquí, en Canarias. Hemos publicado una evaluación de impacto ambiental y un documento que ha sido revisado por el Gobierno de Canarias para la recalificación del uso de los terrenos en los municipios de Puntagorda y Garafía. Parece que el momento clave para tomar una decisión será finales de este año o principios del próximo”. En cualquier caso –añadió-, “nos gustaría retomar el proyecto de construcción en abril de 2018”.
Se espera, por otro lado, que el TMT y el IAC mantengan una estrecha colaboración. “En primer lugar –señala Sanders-, con el IAC ya hemos quedado en firmar un acuerdo para la colaboración en instrumentación científica, y esperamos hacerlo. Tenemos muchos planes y será muy bueno trabajar con los científicos del IAC. También estamos empezando a tener conversaciones sobre colaboraciones en instrumentación científica a mayor escala. Tal vez el espejo secundario con Óptica Adaptativa para el telescopio y otras áreas técnicas, pero aún estamos en la primera etapa de la negociación. Si finalmente venimos aquí, queremos ser verdaderos socios.”
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