Los resultados de estas investigaciones, en las que participan astrónomos del Instituto de Astrofísica de Canarias, se publicarán mañana, 1 de abril, en la revista The Astrophysical Journal Letters.
Investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y de la Universidad de Nottingham (Reino Unido), han obtenido las primeras pruebas observacionales de que las galaxias no están orientadas al azar, sino que se encuentran alineadas de un modo característico dictado por la distribución de materia oscura a gran escala que las rodea. Este descubrimiento supone la confirmación de uno de los aspectos fundamentales de la teoría de la formación de las galaxias e implica la existencia de una conexión directa entre las propiedades generales del Universo y las propiedades individuales de las galaxias. Las teorías de formación de las galaxias predecían dicho efecto, pero su verificación empírica no había sido posible hasta la fecha. Los resultados de este trabajo se publicarán mañana, 1 de abril, en la revista The Astrophysical Journal Letters.
Filamentos de materia
En la actualidad, la materia no se encuentra distribuida uniformemente en el Cosmos, sino que se dispone formando una intrincada red de estructuras filamentosas que se entrelazan entre sí dando lugar a regiones con alta concentración de galaxias, denominadas “cúmulos”, y otras donde la densidad de materia es muy baja, regiones casi vacías llamadas “huecos”. Esta disposición no homogénea de la materia constituye la llamada “Estructura a Gran Escala del Universo”. Cuando se considera el Universo en su conjunto, éste posee una apariencia similar a la de la red de neuronas del cerebro. Pero no siempre fue así. Tras el Big Bang, cuando el Universo era mucho más joven, la materia sí se distribuía de forma homogénea. A medida que fue evolucionando, la fuerza gravitatoria comenzó a comprimir la materia en determinadas regiones dando lugar a la Estructura a Gran Escala que observamos hoy en día. Según estos modelos y teorías, una consecuencia directa de este proceso es que las galaxias deberían estar orientadas perpendicularmente a la dirección de los filamentos.
En los últimos años han sido numerosos los intentos de detectar estos alineamientos de las galaxias con la Estructura a Gran Escala, pero ninguno ha dado resultado debido a la dificultad que entraña caracterizar los filamentos. El estudio, realizado por los investigadores españoles Ignacio Trujillo y Conrado Carretero y el argentino Santiago G. Patiri, ha podido medir este efecto, confirmando las predicciones de los modelos teóricos. Para lograrlo emplearon una nueva técnica basada en el análisis de los grandes vacíos en la Estructura a Gran Escala del Universo, junto con información relativa a la posición de más de 500.000 galaxias en un radio de 1.000 millones de años-luz de distancia, proporcionada por los cartografiados del Firmamento más completos que existen actualmente: el Sloan Digital Sky Survey y el Two Degree Field Galaxy Redshift Survey.