A partir de una sola estrella brillante en la constelación de Indus, un equipo internacional dirigido por la Universidad de Birmingham, con participación de científicos del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), ha revelado nueva información sobre una antigua colisión que sufrió la Vía Láctea con otra galaxia más pequeña llamada Gaia-Encelado al principio de su historia. La revista Nature Astronomy publica hoy estos resultados.
Este equipo adoptó un enfoque novedoso al aplicar la caracterización forense de una simple estrella antigua y brillante llamada ν Indi, visible desde el hemisferio sur, como sonda de la historia de la Vía Láctea. Las estrellas llevan "registros fosilizados" de sus historias y, por lo tanto, de los entornos en los que se formaron. Los científicos utilizaron datos de satélites y telescopios terrestres para desentrañar esta información de ν Indi.
La edad de la estrella fue determinada utilizando sus oscilaciones naturales (Astrosismología), detectadas en los datos recopilados por el satélite TESS para el estudio de tránsito de exoplanetas (Transiting Exoplanet Survey Satellite). Lanzado por la NASA en 2018, TESS está examinando estrellas en la mayor parte del cielo para buscar planetas que orbitan alrededor de ellas y estudiar las estrellas en sí mismas. Cuando se combinaron con datos de la Misión Gaia, de la Agencia Espacial Europea (ESA), la historia de detectives reveló que esta antigua estrella nació temprano en la vida de la Vía Láctea, hace 11.500 millones de años, pero que la colisión Gaia-Encelado alteró su movimiento a través de nuestra galaxia.
"Un evento como la colisión de Gaia-Encelado –explica Savita Mathur, investigadora Ramón y Cajal del IAC y una de las autoras del artículo publicado- es algo que puede suceder varias veces durante la historia de una galaxia, desplazando a muchas estrellas de su posición original y afectando a la evolución de la galaxia. Poder determinar la fecha de tal evento es crucial para comprender cómo sucedió y su impacto en la evolución de la Vía Láctea.”
Este trabajo es perfecto para demostrar el potencial y el amplio abanico de aplicaciones de la Astrosismología. “A través del estudio de los modos de oscilación de la estrella ν Indi se ha podido estimar su edad con la mayor precisión obtenida hasta el momento, lo que nos permite conocer mejor qué es lo que ocurrió en el evento Gaia-Encelado”, subraya Lucía González Cuesta, estudiante de Doctorado del IAC y de la Universidad de La Laguna (ULL) que también firma el trabajo.
“Los seres humanos –comenta Antonio Jiménez, astrofísico del IAC y coautor igualmente del artículo- siempre hemos estado interesados en comprender los eventos pasados para comprender el presente y su evolución posterior. El resultado de la coordinación de diferentes técnicas astrofísicas como la espectroscopía (abundancias químicas), la astrometría (posición y cinemática) y la Astrosismología (determinación de la edad) en el estudio de ν Indi nos brinda un nuevo conocimiento del pasado de nuestra galaxia. La Astrosismología que nació como sismología solar y cuyo propósito era conocer el interior del Sol, evolucionó hacia el conocimiento del interior del resto de las estrellas y ahora también colabora de forma fundamental en el conocimiento de nuestra Vía Láctea."
Animación: https://www.youtube.com/watch?v=uCnFWYa7_68&feature=youtu.be