Solar Orbiter se acercará al Sol a la distancia de Mercurio para estudiar el origen de las tormentas solares; Euclid tratará de explicar la expansión acelerada del universo, cuyos descubridores acaban de recibir el Nobel de Física 2011
El Comité del Programa Científico de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha hecho pública hoy, 4 de octubre, la aprobación de las dos misiones espaciales seleccionadas para su lanzamiento en los próximos años. Se trata de Solar Orbiter y Euclid, dos proyectos que cuentan con la participación del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y serán lanzados en los años 2017 y 2019 respectivamente. Ambas constituyen las primeras misiones del Programa Científico de la ESA Cosmic Vision para el periodo 2015-2025.
Solar Orbiter intentará entender los mecanismos del magnetismo y las tormentas en el Sol para así poder predecirlas, con una novedad respecto a otras propuestas: este satélite se acercará mucho más al astro, hasta la distancia a la que se encuentra Mercurio (a 44 millones de kilómetros del Sol), cuatro veces más próximo a esta estrella que la Tierra.
Euclid, por su parte, se adentrará en la explicación del que se presenta como uno de los grandes desafíos de la cosmología y la física actual: la expansión acelerada del universo y la energía oscura. De hecho, los descubridores de la energía oscura y esta expansión acelerada del universo, los astrónomos estadounidenses Saul Perlmutter, Brian P. Schmidt y Adam G. Riess, acaban de recibir el Nobel de Física 2011.
El IAC ha participado en la definición de la misión Solar Orbiter de la mano del astrofísico Valentín Martínez Pillet. En estos momentos, el Instituto colidera el instrumento PHI (del inglés, Polarimetric and Helioseismic Imager), junto con el Max Planck fur Sonnensystemphysik de Lindau (Alemania). “El PHI es el instrumento más grande a bordo de la misión y proporcionará una visibilidad a nuestro país nunca antes alcanzada en otras misiones anteriores de la Agencia”, subraya Martínez Pillet.
En España participan en la misión del satélite Euclid varios centros de investigación y universidades bajo la coordinación de Rafael Rebolo (IAC-CSIC) y Francisco Castander (Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña). El IAC, en colaboración con la Universidad Politécnica de Cartagena, desarrollará el sistema de control electrónico del instrumento infrarrojo que porta el satélite y participará en varias unidades y grupos de explotación científica de la misión espacial.
Rebolo detalla: “Euclid estará equipado con un instrumento para captar imágenes en el espectro visible y otro para obtener imágenes y espectroscopía infrarroja, desarrollados por un consorcio europeo que involucra a más de 100 laboratorios y a unos 800 científicos y tecnólogos de doce países europeos”.
Más cerca del Sol
El satélite Solar Orbiter recorrerá casi mil millones de kilómetros hasta ponerse a la altura de Mercurio (con varias vueltas y el aprovechamiento de la 'gravedad asistida' de los planetas), para estudiar el magnetismo solar, su actividad explosiva y los efectos inmediatos en la vecindad de la estrella. “La mayoría de las explosiones solares que afectan a la Tierra, que producen desde las hermosas auroras boreales a pérdidas de satélites, tienen un origen difícil de trazar en el Sol, dada la distancia a la que se estudia. Por estos motivos, los científicos propusimos a la ESA una misión que, al acercase a la estrella, pudiera identificar el origen de estas tormentas sin ambigüedad. De esta manera se podrá entender mejor qué fenómenos dan lugar a estas explosiones y mejorar nuestra capacidad de predecirlas”, narra el investigador del IAC Martínez Pillet.
Al final de la misión, en el año 2028, se espera que Solar Orbiter proporcione datos únicos para entender mejor los mecanismos que hacen que el Sol funcione con un ciclo magnético de 11 años, el fenómeno astrofísico que mayor impacto tiene en las condiciones de vida en la Tierra.
Viaje hacia la esencia de la energía oscura
El universo se expande cada vez más deprisa y el satélite Euclid está llamado a descubrir por qué. La causa de la expansión del universo es comúnmente denominada energía oscura y, en la actualidad, constituye más del 70% de toda la energía que existe en el universo.
“Euclid observará cientos de millones de galaxias distribuidas por una gran parte del cielo para rastrear las trazas esenciales de la energía y la materia oscura, de la gravedad y de la geometría del universo. Medirá la posición y las formas de las galaxias para poner a prueba la teoría general de la relatividad y comprobar si es válida para describir el universo a sus escalas más grandes”, explica Rebolo. Astrónomos y físicos están convencidos de que entender la naturaleza de este fenómeno puede revolucionar la comprensión de la física cuántica, la gravitación y la física de los primeros instantes del universo.
Para más información o entrevistas: Valentín Martínez Pillet (vmp [at] iac.es (vmp[at]iac[dot]es) ; 922-605237) y Rafael Rebolo (rrl [at] iac.es (rrl[at]iac[dot]es) 922-605200).
Enlaces sobre las misiones: Solar Orbiter y Euclid