Doctorado en viñetasENTREVISTA A JORGE CHAM (California Institute of Technology)

Foto: Iván Jiménez
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IVÁN JIMÉNEZ MONTALVO

Viniendo de un terreno científico-técnico, ¿cómo te incorporas al mundo del cómic?

“Empezó en Standford donde hice el doctorado. Allí hubo un anuncio en el periódico universitario pidiendo tiras cómicas. Yo siempre he leído cómics toda mi vida y hablando con mi hermano sobre la experiencia del doctorado se me ocurrió intentarlo para ver que pasaba. En el periódico les gustó, así que seguí dibujando y hasta ahora.”

¿Cómo has compaginado la investigación y la docencia con el dibujo? ¿En qué medida se han beneficiado ambas dedicaciones?

“Al principio lo fui haciendo mientras estudiaba el doctorado. En este contexto fue fácil hablar de mi experiencia, de lo que me pasaba, las clases, los profesores, etc. Luego, cuando me gradué, seguí haciéndolo porque sabía que había gente que lo leía. Siempre le di prioridad, por lo que encontré tiempo para dibujar. El cómic siempre fue para mí una forma de expresar mis emociones y la ansiedad que uno pasa haciendo el doctorado. De manera que fue una buena válvula de escape. Además, profesionalmente es interesante porque me ha dado la oportunidad de visitar lugares como éste donde me invitan a hablar y a dar charlas.”

¿Cuándo dibujas lo haces pensando en un público concreto, el universitario, o piensas en un lector más amplio?

“Cuando pienso en mi audiencia lo hago teniendo en cuenta a la gente que está en la universidad o haciendo investigaciones. Pero uno siempre intenta buscar temas generales que puedan afectar a cualquier persona. Un universitario lo encontrará mucho más chistoso, pero cualquiera lo puede leer y disfrutar de los dibujos y del humor.”

¿Cuál crees que es el éxito de tu tira? ¿Por qué hay tanta gente que se identifica con tus personajes?

“Es interesante ver que mi tira la leen gente de todas partes del mundo de todas las ramas de la ciencia, de las humanidades y las ciencias sociales. Creo que la gente se identifica porque todos pasamos por lo mismo. Todos empezamos una carrera con ciertas ilusiones y expectativas, pero cuando uno entra en ellas no siempre se corresponde con la realidad y uno se pregunta porqué hago esto o si vale la pena. Esa ansiedad en el contexto universitario es aparentemente igual en todas las disciplinas y en todas partes del mundo.”

Tus lectores han convertido la tira en un punto de encuentro. ¿Qué has aprendido de sus comentarios?

“Es muy interesante el hecho de que muchas de las ciencias se hacen en soledad. Creo que en la astrofísica también ocurre, puedes pasar toda la noche mirando una pantalla. E igual sucede en muchas otras disciplinas. Creo que esto es lo que hace que mucha gente lea la tira; están solas, pero al ver que hay otras personas de muchas disciplinas en todas partes del mundo que están haciendo lo mismo se sienten conectadas. Muchas personas me escriben y me lo cuentan, y eso me da mucho satisfacción.”

Imagino que ese apoyo es lo qué te anima a seguir con la tira.

“Lo que me anima aún no lo he descubierto. Honestamente, empecé haciendo esto no por este sentimiento, sino por una necesidad de expresarme y de crear algo chistoso que entretuviera. La audiencia es algo que hace esta experiencia mucho más excitante.”

¿En dónde te inspiras para crear tus personajes y las situaciones?

“Me inspiro en mi propia experiencia, que es lo que conozco bien. Pero siempre estoy buscando el arquetipo, personajes que me parece que existen en todos partes, en todos los laboratorios y en todas las universidades, y el tipo de dinámicas y situaciones que yo creo que son comunes. Hay un personaje, con quien empezó la tira cómica, que básicamente soy yo. También mis amigos y gente con la quien yo trabajaba forman los distintos personajes.”

¿Cuál es el futuro de la tira cómica? ¿Tienes pensado cambiar de proyecto?

“Pues tengo suficiente material para otro libro, será el tercero y estará listo para el próximo año. Tal vez haga un cuarto. Después, lo más seguro es que se me hayan acabo las ideas. Dentro de un año o dos puede que haga un cambio, quizás en la tira o bien comience otro proyecto. Hay campos como la animación que me interesan mucho, pero el cómic es mucho más fácil. Me gustaría hacer algo, quizás un libro, que mezcle algunos aspectos de la ciencia con el humor.”

¿Eres de la opinión de los que creen que la ciencia debe hacerse entretenida o bien piensas que divulgar es simplificar demasiado las ideas?

“Bueno, es importante que uno hable al nivel del público. Si el público no tiene el contexto para entender algo es importante que la comunicación sea entretenida y se haga un poco simplificada para que la gente se interese y comprenda bien los beneficios de la ciencia y cómo se hace.”

Precisamente, en tu tira cómica haces divulgación no del conocimiento científico, sino de la forma de hacer ciencia. ¿Hasta que punto se puede leer una crítica al sistema académico?

“El cómic cuestiona cuáles son los beneficios y los sacrificios que se debe hacer en una carrera. Espero que sea algo positivo porque te enseña cómo es la realidad. No sé si hay una crítica, pero sí hay gente que ve un poco de cinismo en mi tira cómica. Es cierto que no es muy positiva, pero hay que decir las cosas como son; si el proceso no es del todo favorable para los estudiantes o para las personas que hacen ciencia se tiene que contar.”

Hablando del mundo académico, ¿crees que es beneficiosa para la ciencia la actual tendencia de valorar la investigación según medidas cuantitativas, es decir, la masa de publicaciones en lugar de la calidad?

“En mi opinión, no creo que beneficie mucho. Es importante mantenerte competitivo y trabajar mucho, pero me parece que últimamente el tipo de persona que sobrevive en las universidades o instituciones y que cosecha éxito son personas que tienen más en mente el número de publicaciones que ideas originales.”

¿Hasta que punto la ciencia se ha convertido en una empresa? ¿Se está perdiendo creatividad a favor de rentabilidad?

“Por un lado, la competencia te obliga a ser más imaginativo, pero al mismo tiempo es posible que se esté sacrificando la creatividad por otro tipo de habilidades; se tienen más en cuenta cuestiones administrativas, de cómo vender tu investigación, que ser creativo en las propuestas. Es algo bastante claro cuando vas a buscar trabajo y lo primero que evalúan es el número de publicaciones, la cantidad y no necesariamente la originalidad.”

¿Qué solución darías al problema de la precariedad de los contratos posdoctorales?

“Los contratos son bastante precarios, en general. Hay muy pocas oportunidades, especialmente para puestos de profesor. Literalmente tienes que esperar a que alguien se muera para que se abra una sustitución. Se podría ser más honesto con los estudiantes que quieren estudiar el dotorado y decirles que las posibilidades de ser profesor son pocas y que hay que pensar en otras opciones.”

En la escuela nos obligan a escoger: ciencias o letras. Ambas líneas difícilmente vuelven a encontrarse. ¿Qué opinas de la excesiva especialización en el ámbito del conocimiento?

“Creo que la especialización es inevitable. Cuando se incrementa el volumen de conocimiento de algo hay que especializarse. En ese sentido es muy importante la divulgación. Creo que es fundamental tener una educación completa y no dedicarse demasiado a la ciencia renunciando a la cultura.”

¿Tiene sentido el matrimonio entre el conocimiento humanístico y el científico, tal como sucedió en el Renacimiento, en la ciencia del siglo XXI?

“Si es rentable y alguien te va a contratar, puede que sea posible, aunque no lo creo. De todas formas, siempre van haber personas que tienen un interés general en ambos terrenos.”

¿Sigue la actualidad en materia de astronomía?

“Sí, cada vez que sale una noticia relacionada con la astronomía la leo con interés. Recientemente, he seguido toda la controversia y la discusión sobre Plutón. Además, debo confesar que soy un auténtico admirador de Contact de Carl Sagan. Estoy impaciente por ver alguno de los telescopios que hay aquí.”

¿Cuándo fue la última vez que miró el cielo?

“Creo que fue hace unos meses estando de camping en la playa. Siempre es increíble ver las estrellas y preguntarse de dónde venimos y si hay otros planetas con vida. Lamentablemente, cada vez es más difícil ver el cielo en las ciudades. Es algo que nos perjudica, aunque es algo inevitable. Por suerte todavía queda lugares en los que se puede ver el cielo con cierta claridad.”

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