Aula
En este seminario haremos un acercamiento a dos de los trabajos desarrollados más recientemente por nuestro equipo de investigación en astronomía cultural y tiene dos partes diferentes pero interconectadas:
1ª Parte: ¿Puede el lugar de nacimiento marcar el destino? Astronomía y Paisaje en Carthago Nova
Aquí se presenta un acercamiento arqueoastronómico a la ciudad de Carthago Nova, actual Cartagena, en el sureste de España. La ciudad fue fundada sobre un anterior asentamiento ibérico menor por Asdrúbal, el cuñado de Aníbal Barca, en el 229 a.c. como una réplica a pequeña escala de su patria Cartago y como capital de los dominios cartagineses en la Península Ibérica. Se fundó en una pequeña península, abierta a tierra solo en su lado este, que incluía una serie de cinco colinas. Según Polibio, éstas se dedicaron a las principales divinidades púnicas y al fundador legendario de la ciudad, Aletes. Cuando Asdrúbal organizó el sitio sabía muy bien lo que estaba haciendo. El punto más alto dominando el lugar y el puerto se dedicó a Eshmún (Esculapio según Polibio), al igual que en Cartago. Otro cerro ubicado en eje al norte de éste se dedicó a Cronos, el púnico Baal Hammon, su divinidad suprema. Esta última colina tal vez sirvió como nodo de una serie de posibles alineaciones astronómicas. La más significativa sería la relación solsticial en el área sagrada de la Arx Hasdrubalis (Cerro del Molinete) hacia el oeste-sur-oeste, donde se erigió un santuario presumiblemente dedicado a una divinidad femenina. En el año 209 a.C., Escipión conquistó la ciudad y, exactamente en el mismo lugar, los romanos levantaron, en la época republicana, un santuario dedicado a una deidad desconocida y con un acceso monumental, una vista espléndida y una orientación que justifican plenamente el nuevo dominio romano sobre la ciudad y su puerto, uno de los mejores del Mediterráneo. Más tarde la ciudad fue refundada bajo el nombre de "Colonia Urbs Iulia Nova Carthago" y especialmente bajo César y Augusto se aplicó a la ciudad una nueva cuadrícula ortogonal, con fuertes conexiones astronómicas, que aun permanece en parte en la trama urbana actual. Por lo tanto, Carthago Nova puede ser considerada como una materialización astronómica y topográfica del espacio sagrado.
2ª Parte: ¿Me estaré volviendo piramidiota? Snefru y sus pirámides
Durante generaciones de egiptólogos, se ha postulado como un hecho cierto, casi como un dogma, que durante el reinado de Sneferu (c. 2575 a.C.), primer rey d ela IV Dinastía, se produjo un proceso evolutivo de ensayo y error en la construcción de pirámides -de las que la llamada pirámide acodada en Dahshursería un magnífico ejemplo- que finalmente condujo a la primera pirámide perfecta, la llamada Pirámide Roja construida en el mismo lugar por el propio rey con posterioridad. Sin embargo, ideas recientes defendidas por Giulio Magli basadas en criterios arquitectónicos postulan que la pareja de pirámides de Sneferu en Dahshur formarían en realidad un único proyecto concebido como tal desde su inicio. En esto Magli hace uso de sus propias ideas y de las del propio ponente defendidas con anterioridad. Ante esta sugerente posibilidad, se ha llevado a cabo un estudio conjunto detallado de la información disponible que, tanto desde el punto de vista cronológico y epigráfico, como desde el simbólico y astronómico , parece confirmar la hipótesis de que las dos grandes pirámides de Sneferu en Dahshur fueron concebidas como un proyecto unitario donde la astronomía se mezclaba con la arquitectura para plasmar en piedra a escala gigantesca una realidad celeste tangible cargada de simbolismo. Esto podría apoyar la idea de que las dos grandes pirámides de Guiza también habrían formado parte en origen de un proyecto unitario singular a escala aun mayor durante el reinado del hijo de Sneferu, Khufu (c. 2550 a.C.): el "Horizonte de Keops".