Según las principales agencias espaciales, la única solución al problema de la basura espacial es la no proliferación de residuos
Como resultado de las dos primeras campañas de observación de la llamada "basura espacial" realizadas por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), se han detectado, durante los meses de enero y febrero, un total de 1.500 objetos, de los cuales alrededor de 200 no estaban catalogados. Sus tamaños oscilan entre los 15 y los 100 cm, y se ha llegado a detectar un objeto de tan sólo 1 cm de diámetro.
Las campañas de observación se han llevado a cabo con el telescopio de 1 m de diámetro de la Estación Óptica Terrestre (OGS), instalada en el Observatorio del Teide (Tenerife) y perteneciente a la Agencia Europea del Espacio (ESA). Estos primeros resultados son fruto del contrato que la ESA ha firmado con el Departamento de Astrofísica de la Universidad de Berna (Suiza) y el IAC, siendo la principal responsabilidad de este Instituto la operación y toma de datos desde la OGS.
Según Miquel Serra Ricart, Administrador del Observatorio del Teide y responsable del proyecto del IAC, se han obtenido unos resultados excelentes debido a las buenas condiciones meteorológicas (el 90% de noches estuvo despejado) y a la calidad del cielo del Observatorio del Teide.
Riesgos de colisión
Se denomina "basura espacial" (en inglés, space debris) a cualquier objeto artificial en órbita alrededor de la Tierra que ya no esté operativo. Esta basura está formada por los satélites o cohetes fuera de uso, el material no operativo liberado por operaciones espaciales y los fragmentos generados por satélites o cohetes debido a explosiones o colisiones. La mayor parte de la basura espacial se sitúa en las bandas de altitud más útiles, es decir, en órbita baja (hasta una altura de unos 2.000 km sobre la superficie terrestre) y en órbita geoestacionaria (a una altura de 36.000 km).
Se conocen alrededor de 9.000 objetos detectados con radares y telescopios ópticos (sólo alrededor de 700 son satélites operativos) en las distintas órbitas terrestres. Estos objetos, cuyo tamaño está por encima de los 40 cm, sólo representan un peligro moderado para las misiones espaciales (satélites y humanos), pero se estima que pueden existir más de 150.000 fragmentos con tamaños entre 1 y 20 cm que sí pueden producir graves desperfectos en caso de colisión con cualquier nave en uso por no estar localizados.
La mayor preocupación está en la órbita geoestacionaria, donde están situados alrededor de 300 satélites (en esa órbita se encuentran los satélites españoles Hispasat). Las últimas observaciones realizadas desde la OGS estiman que pueden existir más de 3.000 objetos con tamaños entre 15 y 100 cm.
Actualmente la limpieza de las órbitas es tanto técnica como económicamente imposible. La única solución factible, adoptada por la mayoría de las agencias espaciales, es evitar y reducir la producción de basura espacial. De ahí que como principales medidas se evitarán explosiones en el espacio y se intentará la reentrada controlada en la atmósfera terrestre de los satélites al final de sus vidas, sobre todo en las órbitas más pobladas.
Estos resultados fueron presentados por la ESA en el tercer congreso europeo de basura espacial, organizado por la ESA y celebrado, del 19 al 21 de marzo, en Darmstadt (Alemania). En él participaron más de 200 expertos mundiales de 18 países representando, entre otras, a las agencias espaciales americana, rusa, japonesa y china.