Las condiciones de observación de las Perseidas, popularmente también llamadas "Lágrimas de San Lorenzo", son malas este año. Aunque esta famosa "lluvia de estrellas", que más correctamente se denomina "lluvia de meteoros", tendrá lugar como es habitual todos los años por estas fechas, nuestra visión de la lluvia será bastante pobre debida a la presencia de una luna casi llena en el cielo.
El máximo de la lluvia está previsto para las 06:00 hora canaria del día 12, es decir, la noche del 11 al 12 (como 2000 es bisiesto, la lluvia tiene lugar una noche antes de lo habitual). A esta hora, el radiante de la lluvia, que se encuentra en la constelación de Perseo, justo debajo de la famosa "W" de Casiopea, estará muy bien situado, con 60 grados de altura y en el sur del cielo. Sin embargo, la Luna, que ya estará un 92% alumbrada y extremadamente brillante, no se pondrá hasta unos minutos después de las 5 de la mañana. Puesto que a las 6:30h el cielo ya empieza a abrillantarse con el alba, quien quiera observar la lluvia tendrá escasamente una hora y media de tiempo a final de la noche para disfrutar del espectáculo en unas condiciones aceptables.
No se espera una gran actividad este año. En 1992, en torno a la aparición del cometa Swift-Tuttle, el cometa progenitor de la lluvia, las Perseidas dieron lugar a unas lluvias inusualmente fuertes. Ese año se observaron más de 400 meteoros por hora, más de 5 veces la cantidad habitual. Sin embargo, desde entonces, la actividad ha menguado casi hasta su nivel normal de unos 60 a 80 meteoros por hora. El Swift-Tuttle, cuyas colas al desprenderse causan el fenómeno de la lluvia, no regresará hasta el año 2135 y ahora se encuentra más allá de la órbita del planeta Saturno, alejándose del Sol.
Para los observadores que quieran observar la lluvia se aconseja la observación a simple vista, sin telescopio ni anteojos de ningún tipo. Aunque se podrá ver algún meteoro antes de la puesta de la Luna, sólo podremos disfrutar del espectáculo de la lluvia a partir de las 5 de la mañana (el enemigo de las estrellas es la luz, bien sea de la Luna o de las ciudades). Cualquier punto de observación (playa, terraza, campo, etc.) es bueno siempre que ofrezca un horizonte despejado hacia el sur y hacia el este y no tenga luces brillantes cerca. Si vivimos en el campo, podremos observar la lluvia perfectamente desde nuestra propia casa.
Información facilitada por el Dr. Mark Kidger, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).