Invitado a la Euroconferencia sobre "El ciclo solar y el cambio climático" que, organizada por el Instituto de Astrofísica de Canarias, tuvo lugar esta semana en el salón de actos de CajaCanarias, el Profesor Eugene Parker, de la Universidad de Chicago, presentó la conferencia resumen del congreso. Parker, uno de los más prestigiosos físicos solares del mundo, es especialista en magnetismo solar. A este investigador se deben los primeros estudios de la corona solar y el descubrimiento de los mecanismos responsables del denominado "viento solar" que, compuesto esencialmente por protones, electrones y núcleos de helio, invade todo el Sistema Solar y deja sentir sus efectos sobre la Tierra. A continuación se resumen las conclusiones presentadas por Parker sobre la influencia de la actividad solar en el calentamiento global:
"Es evidente que el Sol influye en el clima terrestre. Si nos fijamos en épocas pasadas vemos fenómenos como el mínimo de Maunder, un periodo de tiempo en el siglo XVII en el que el Sol estaba muy poco activo, y que coincidió con una reducción de la temperatura en las regiones septentrionales de la Tierra. El mismo fenómeno se produjo en el siglo XV. Luego se habla del máximo medieval, en que la actividad solar aumentó considerablemente y que ha podido identificarse mediante análisis de carbono 14.
Estos estudios fueron realizados y sus resultados presentados hace unos 25 años. La cuestión ahora es determinar cuál es la contribución de la actividad solar al calentamiento global que se está experimentando en los últimos años. Se puede decir que, desde 1860-80, el Sol ha ido aumentando su actividad hasta aproximadamente 1950, con lo que se ha venido experimentando una tendencia al aumento de la temperatura que, entonces, se explicó por un aumento en el brillo solar. Por aquellos años comenzó a emitirse y acumularse CO2 en la atmósfera, algo que no se hizo patente hasta aproximadamente 1950. Por eso, en mi opinión, la mayor parte del aumento de la temperatura anterior a 1950 se puede explicar por el incremento en la actividad solar, no así después de esa fecha, en que no es evidente que sea el Sol el responsable del calentamiento global, pues el Sol no ha registrado aumentos significativos en su actividad que, de hecho, se ha nivelado. Creo que la mayor parte del calentamiento desde 1950 se debe a la actividad humana, a la acumulación de CO2 en la atmósfera.
El CO2 se genera por la quema de combustibles fósiles. Los océanos actúan como ‘filtro’ de ese dióxido de carbono. El calentamiento de la Tierra ha hecho que, desde los años 50-60, la temperatura superficial de los océanos haya aumentado también, reduciendo con ello la capacidad de los océanos de acumular y filtrar el CO2 atmosférico. Es como si calentásemos una lata de gaseosa: el efecto inmediato es que pierde su contenido de gas carbónico. El resultado de este calentamiento es que los efectos de las emisiones de CO2 son más evidentes, y esto sobre todo a corto plazo.
Los climatólogos han puesto ya de manifiesto la complejidad del clima terrestre, sujeto a tantos factores y a tantos efectos: la irrradiancia solar, los rayos cósmicos, la formación de nubes, las variaciones de esa formación a diferentes latitudes,... Y el Sol en sí es también muy complejo. En realidad nos queda demasiado trabajo por delante antes de poder pensar en términos cuantitativos sobre la contribución de cada uno de los efectos a los cambios climáticos. El problema está en la inclinación humana a tomar decisiones mucho antes de que se puedan analizar objetivamente los hechos, comprometiéndose de antemano con posturas específicas. Creo que este tipo de actitudes han frenado el avance en este campo. Espero que seamos capaces de reconocer la complejidad de la situación y no actuar precipitadamente antes de tener los datos necesarios.
El problema está en que las implicaciones económicas del calentamiento global son tan enormes que creo que deberíamos tratar de comprender bien el problema antes de hablar sobre sus posibles soluciones.
Modelos climáticos
Aún estamos lejos de elaborar un modelo fiable que refleje las variaciones del clima terrestre. Sencillamente, no se pueden introducir todos los efectos que intervienen en el clima, los ordenadores son incapaces de procesar tantos datos. Según los climatólogos, si incluimos, por ejemplo, la mitad de los efectos conocidos en un modelo nos da un resultado determinado, pero, si introducimos los parámetros que hemos dejado en la otra mitad los resultados son completamente distintos, lo que demuestra que no existe aún una forma precisa de elaborar un modelo climático. No podemos saber exactamente en qué proporción interviene la actividad solar y en qué proporción la emisión de CO2. Pienso que decir lo contrario es confundir a la gente. Se necesitan ordenadores más potentes y planteamientos más elaborados para poder conseguir algo parecido a un modelo climático en el que intervengan la mayor parte de los factores involucrados en un sistema tan complejo como es el clima terrestre. No creo que lo veamos antes de 25 años, pero desgraciadamente la gente quiere la respuesta ahora, para poder votar en las siguientes elecciones."
Según el Dr. Manuel Vázquez, físico solar del IAC y organizador de este congreso, lo más importante de esta reunión es que, quizá, por primera vez se han encontrado dos comunidades que no tenían mucho contacto entre sí: por un lado, los físicos solares, que a veces "se olvidan" de las relaciones del Sol con la Tierra, y por otro, los expertos en Física de la atmósfera terrestre y en modelos de clima, que también a veces "se olvidan" de la influencia del Sol sobre nuestro planeta. La historia de las relaciones Sol-Tierra empezó en 1801 con el astrónomo William Herschel, el primero que propuso que existía algún tipo de relación. Dado que la huella humana parece ser clarísima y determinante, la importancia de estudiar el Sol hoy consiste en llegar a medir cuál es la variabilidad de nuestra estrella para así poder estimar cuantitativamente cuál es la influencia humana sobre nuestro planeta.
ENTIDADES PATROCINADORAS: Unión Europea, Instituto de Astrofísica de Canarias, Dirección General de Enseñanza Superior e Investigaciones Científicas, Cabildo Insular de Tenerife, Ayuntamiento de la Laguna, Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, CajaCanarias, Agencia Europea del Espacio, Observatorio de París (Francia).
ENTIDADES COLABORADORAS: Iberia, BBVA, DISA Corporación Petrolífera, S.A., SunMicrosystems Ibérica, S.A.
MÁS INFORMACIÓN EN: